IHE trabaja en preservación de lenguas, cultura y cosmovisión regional
Por:
Jair Velazquez
26 de julio de 2024, a las 11:44
Foto de: SEPH
El Instituto Hidalguense de Educación (IHE), a través del Centro Estatal de Lenguas y Culturas Indígenas (CELCI), integró a 45 estudiantes hablantes de otomí al Programa Cazadores de Saberes “Niñas y Niños Preservando la Cultura”. Este programa busca que los estudiantes se conviertan en promotores y defensores de su lengua, así como de su cultura, tradiciones y cosmovisión regional.
El evento de incorporación se llevó a cabo en la Escuela Primaria Indígena Bilingüe “Amado Nervo” del municipio de Tenango de Doria, donde se realizó un acto cívico y una convivencia comunitaria. Durante la ceremonia, el director general del CELCI, Miguel Ángel Ortega Sánchez, subrayó la importancia de rescatar la variante lingüística otomí y fortalecer en los niños el interés por su cultura.
Ortega Sánchez destacó que la actual administración estatal, liderada por el gobernador Julio Menchaca Salazar, está comprometida con el fortalecimiento de las lenguas originarias, tradiciones y costumbres de las regiones hidalguenses. Este esfuerzo busca preservar y dar sentido de identidad y cohesión social a los pueblos y comunidades de Hidalgo.
María Luisa Hernández Vargas, directora de la Primaria Indígena Bilingüe “Amado Nervo”, agradeció el esfuerzo de su equipo de trabajo, así como el apoyo de los padres y madres de familia. Este respaldo ha sido crucial para avanzar en la implementación de las propuestas curriculares de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que incluye el conocimiento comunitario.
El Programa Cazadores de Saberes tiene como objetivo promover y conservar el conocimiento de las culturas y lenguas indígenas a través de promotores infantiles. Estos jóvenes utilizarán narraciones basadas en aspectos relevantes de su entorno, tales como tradiciones, relatos, leyendas, mitos, gastronomía, indumentaria, ritos y medicina tradicional.
La incorporación de estos 45 estudiantes al programa es un paso significativo para preservar la lengua y la cultura otomí, fomentando en los niños un sentido de orgullo y pertenencia hacia sus raíces. A través de su participación, se espera que estos jóvenes promotores contribuyan a mantener vivas las costumbres y tradiciones de sus comunidades, asegurando que las futuras generaciones continúen valorando y respetando su herencia cultural.