En la madrugada de este miércoles 12 de febrero, el mundo de la radio y la televisión en México se vistió de luto con la triste noticia del fallecimiento de Gustavo Adolfo Ferrer Galguera, a los 79 años, en su hogar en el estado de Tabasco. Su partida dejó un vacío en el corazón de aquellos que lo conocieron y apreciaron su trabajo a lo largo de los años.

Ferrer Galguera, conocido cariñosamente como «El Caballero de la locución», dejó este mundo a la 1:30 de la madrugada, según lo informado por Pose Política, un semanario tabasqueño. Su legado en la industria de la comunicación es innegable, especialmente por su participación como la voz principal del icónico programa dominical «En Familia con Chabelo», conducido por Xavier López, durante 16 años.

El cuerpo del querido locutor lo velaron hoy a las 12:00 en el Velatorio del IMSS, de la clínica 22, en la colonia Sabina, en Villahermosa, Tabasco, donde familiares, amigos y admiradores podrán rendirle un último adiós.

LEGADO Y TRAYECTORIA DE FERRER

Gustavo Adolfo Ferrer Galguera nació el 29 de mayo de 1944, hijo de don Adolfo Ferrer y doña Ana María Galguera. Su carrera de 26 años en Televisa lo llevó a convertirse en una figura emblemática de la radiodifusión en México. Además de su colaboración en «En Familia con Chabelo», Ferrer Galguera trabajó en programas como «24 horas» de Jacobo Zabludovsky, «Solo para Niños» en W Radio, y destacó como editor del periódico «El Futuro de los Niños» y su página «Club Amigos», entre 2000 y 2004.

Después de su exitosa etapa en Televisa, Ferrer Galguera regresó a su tierra natal, donde continuó su labor en la radio, manteniendo su pasión por el entretenimiento y la comunicación. Su legado perdurará en la memoria de aquellos que lo conocieron y en el corazón de los millones de mexicanos que disfrutaron de su inconfundible voz a lo largo de los años.

Su relación con Xavier López, Chabelo, también fue especial. En una entrevista reciente, Ferrer Galguera recordó con cariño la amistad y el respeto mutuo que compartían.

«Siempre trató y respetó al niño como una persona, no como un adulto chiquito o un ser discapacitado, lo trató como debe de ser, eso nos lo enseñó a nosotros, lo recuerdo siempre, para mí, es como un hermano mayor porque me enseñó muchísimo, sencillo, honesto, buen amigo», comentó.