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Heladas en Hidalgo arrasan cultivos: 90% de pérdidas en cosechas

Una inusual onda gélida azotó este fin de semana las zonas agrícolas de Hidalgo, dejando pérdidas catastróficas de hasta el 90% en cultivos. Los productores de Acaxochitlán declararon estar en shock ante la intensidad de las heladas, que cayeron en plena primavera cuando normalmente las temperaturas son estables.
Comunidades enteras en emergencia
El fenómeno afectó con crudeza a San Pedro Tlachichilco, San Martín, La Mesa, Tlalmimilolpa y Coyametepec, donde familias completas vieron desaparecer sus medios de subsistencia en cuestión de horas. En paralelo, el Valle del Mezquital registró daños masivos en extensiones de cultivo que quedaron inservibles.
“El hielo quemó todo en una noche. No quedó nada”, relató un agricultor de San Martín mientras mostraba sus campos de maíz y frijol completamente perdidos. La situación es crítica: estas heladas en Hidalgo no solo destruyeron la cosecha actual, sino que comprometieron la siembra del próximo ciclo.
Alertan sobre crisis alimentaria
Lo más grave:
- Las heladas dañaron cultivos básicos como maíz, frijol y hortalizas
- 3,500 familias agricultoras afectadas directamente
- Pérdidas económicas preliminares superan los 15 millones de pesos
Autoridades locales confirmaron que las heladas en Hidalgo fueron las peores en 20 años para esta temporada. “Es un desastre climático sin precedentes en primavera”, admitió el director de Protección Civil estatal.
Mientras tanto, los productores exigen:
✔ Apoyos económicos urgentes
✔ Seguro agrícola expedito
✔ Programas de reconversión de cultivos
Las heladas pusieron al descubierto la vulnerabilidad del campo hidalguense frente al cambio climático. Este evento en Hidalgo marca un punto de inflexión: o se toman medidas estructurales o se repetirán tragedias similares cada año con mayor intensidad.
Datos:
– Temperaturas bajaron a -5°C en zonas altas
– 8,500 hectáreas afectadas
– 12 municipios declarados en emergencia
Las heladas en Hidalgo no fueron un fenómeno aislado, sino la señal de un patrón climático cambiante que amenaza la seguridad alimentaria de toda la región. La pregunta ahora es qué harán las autoridades para proteger al campo antes de que llegue el próximo frente frío.