Represión policial en Hidalgo: Familia de Areli exige justicia tras brutal agresión

Un nuevo caso de brutalidad policial ha conmocionado a Hidalgo. Familiares y amigos de Areli Zitlali Arista Hernández, desaparecida desde el 30 de marzo en Zempoala fueron golpeados, agredidos y reprimidos por elementos de seguridad pública cuando protestaban pacíficamente para exigir acceso a las cámaras del C5 y una investigación real. Las imágenes son contundentes: mujeres, madres y compañeras fueron embestidas con violencia excesiva mientras reclamaban lo mínimo: que el Estado busque a Areli con la misma eficacia con la que reprime.

¿Dónde está la “fuerza del Estado” que tanto prometen? La familia exige que se utilicen todos los recursos disponibles como los millones gastados en vallas o el despliegue policial para proteger edificios para encontrar a Areli. “Si pueden vigilar marchas feministas o perseguir ‘infiltrados’, ¿por qué no usan esas cámaras y patrullas para buscar a nuestras desaparecidas?”, cuestionan. La indignación crece: mientras colectivas y organizaciones se movilizan, el gobierno de Hidalgo responde con más violencia institucional.

¿Por qué el estado reprime a la familia de Areli en lugar de buscar?

El caso de Areli no es aislado. En México, 10 mujeres desaparecen cada día, pero las autoridades actúan con negligencia y, cuando hay protestas, las criminalizan. Lo ocurrido en Hidalgo revela un patrón alarmante:

• Miles de elementos para reprimir protestas, pero ninguno para buscar mujeres.
• Cámaras del C5 para vigilar movimientos sociales, pero no para rastrear desaparecidas.
• Recursos ilimitados para seguridad de funcionarios, pero cero para familias.

Colectivas feministas han denunciado que la desaparición de Areli podría estar vinculada a redes de trata o violencia de género. Sin embargo, en lugar de investigar, el Estado protege a los agresores y reprime a quienes exigen justicia.