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Rosario Piedra Ibarra es reelegida como presidenta de la CNDH
En la madrugada del miércoles, el Senado de México reeligió a Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para un segundo periodo de cinco años. La decisión, avalada por la mayoría legislativa de Morena, se produjo en medio de un proceso cargado de tensiones, críticas y señalamientos de irregularidades, debido a la polémica gestión de Piedra Ibarra y a su cuestionada reelección.
RETRASO EN LAS VOTACIONES
La votación, inicialmente programada para la mañana del martes, se postergó hasta entrada la madrugada del miércoles, cuando finalmente Piedra Ibarra consiguió la mayoría calificada con 87 votos, superando a Nashieli Ramírez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, quien obtuvo 36 votos, y a la abogada Paulina Hernández, quien recibió solo uno. La jornada se desarrolló en medio de acusaciones de presión política y señalamientos de intento de vulnerar la secrecía del voto. Algunos senadores de Morena y aliados mostraron públicamente su papeleta, generando críticas de legisladores de oposición y organizaciones civiles que denunciaron la falta de transparencia.
El proceso de selección de la terna final de candidatos también fue objeto de controversia. En una evaluación de la Comisión de Justicia del Senado, Piedra Ibarra obtuvo una de las peores calificaciones, quedando en el último lugar entre los 12 aspirantes preseleccionados. Pese a ello, Morena incluyó su nombre en la terna final, lo cual fue justificado por el senador Javier Corral, presidente de la Comisión de Justicia, como una “cuestión política”. La inclusión de Piedra Ibarra fue vista por la oposición como una imposición partidista. La senadora Alejandra Barrales, de Movimiento Ciudadano, criticó que la terna no incluyera a los perfiles “más idóneos” y acusó a Morena de “mentirle a la gente”. Por su parte, Claudia Anaya, del PRI, lamentó que el largo proceso de selección se haya “tirado a la basura”.
SEGUNDA ETAPA DE ROSARIO PIEDRA AL FRENTE DE LA CNDH
Rosario Piedra Ibarra asume su segundo mandato rodeada de cuestionamientos. Desde su primera elección en 2019, la señalaron por diversas organizaciones de derechos humanos y activistas de ser parcial y de mostrar omisiones ante violaciones a los derechos humanos, así como por casos de corrupción. Uno de los episodios más criticados de su primera gestión fue la inclusión de una carta de apoyo falsificada en su nominación inicial, supuestamente firmada por el obispo y activista Raúl Vera. Tras la denuncia del religioso, Piedra Ibarra se vio obligada a explicar que recibió la misiva “sin malicia” y creyó en su autenticidad, lo que levantó serias dudas sobre su ética y responsabilidad en el manejo de documentos oficiales.
La decisión de reelección también generó especulaciones sobre el papel de las figuras de poder en Morena. En la sesión, el senador Gerardo Fernández Noroña defendió el voto a favor de Piedra Ibarra, a quien calificó como “una compañera probada” que ha enfrentado el “acoso de organizaciones de derecha”. Sin embargo, en el transcurso de las negociaciones, algunos legisladores opositores sugirieron que la decisión de asegurar la reelección de Piedra Ibarra pudo haber tenido influencia desde “Palenque” —en alusión al lugar de retiro de Andrés Manuel López Obrador— debido a la cercana relación entre el presidente saliente y la presidenta de la CNDH.
Finalmente, Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, se limitó a declarar que la reelección de Rosario Piedra Ibarra fue “una decisión del Senado”, eludiendo cualquier declaración sobre su opinión personal al respecto. La postura de Sheinbaum podría interpretarse como un distanciamiento de la polémica o como una muestra de respeto a la autonomía legislativa.